martes, 1 de mayo de 2012

Lecturas



     He vuelto a la lectura. Cuánto te he echado de menos!. He necesitado leer mucho estos días. Soledad para reflexionar, lectura para evadirme y bici para todo lo anterior.

Este libro muy fácil y rápido de leer es sin duda un libro entretenido con cierto misterio pero muy alejado del terror. Apenas cien páginas que se leen en  unas horas, cuenta como algo cotidiano se puede volver en algo aterrador. Sin duda muy buen relato de uno de los grandes de la literatura fantástica.

La anécdota de este ejemplar es que apareció por internet antes de ser publicado.

Sin duda lo recomiendo ya que se lee en el tiempo que dura una peli mala de antenatres en la sobremesa del sábado y es más entretenido.








  Curioso formato el de este libro ya que tiene sus páginas fabricadas con un material plástico que te permite leerlo muy cerca de la  piscina sin peligro de que se estropeen sus páginas si algún idiota te salpica al hacer "bomba va". También lo puedes leer en la playa o mientras te duchas. No pasa nada si algún camarero torpe derrama el café sobre él mientras pretendes leerlo en una cafetería, ya que le pasas un paño y sigue intacto. Tampoco se moja si estas apoyado en la barandilla del puente de la torre de Londres o en el Puente de Brooklyn  leyendo tranquilamente y viene un imbécil por detrás y te asusta para gastar la típica broma graciosa que no tiene nada de gracia y se te cae el libro al Támesis o al río Hudson. Lo malo aquí es recuperar el libro, a ver quien tiene narices de tirarse a rescatarlo, pero sin duda el libro será llevado por la corriente y quien lo encuentre podrá usarlo porque seguirá nuevo. ¿No es increíble?. Pero eso es un caso muy hipotético porque ¿quién va a leer apoyado en la barandilla del Puente de la Torre o del puente de Brooklyn?. Yo que he tenido la suerte de estar allí no he visto a nadie leyendo. París en cambio es otro tema. Junto al sena pude ver una zona en la que hay acera junto a la orilla y los jóvenes se sientan allí en el suelo los días de sol. Ahí sí que puedes sentarte a leer. Pero puedes hacerlo con un libro impreso en papel porque es difícil sufrir la torpeza de que  el libro lo hayas dejado un momento en el suelo y sin querer llegue un turista despistado a preguntarte algo le de  una patada y caiga al río. O tener a un gran tonto cerca que te lo quite y lo arroje a propósito. Es más seguro leer junto al Sena, sin duda.
Se puede leer bajo la lluvia mientras esperas el autobús y no se corre la tinta, pero tú si que te mojas. Y a los que les gusta bucear......hasta pueden leerlo debajo del agua. Puedes dejarlo en cualquier sitio. Cerca de la pila mientras friegas los platos. En el baño es ideal para los que leen en su momento del día. Lo pueden dejar  donde quieran sin preocuparte de que esté mojado. Yo creo que incluso a lo mejor lo puedes meter en el lavavajillas. Aunque eso no lo indica y casi todo lo que se puede meter en el lavavajillas viene advertido. Y puedes llorar si es una novela triste o con la que te sientes identificada. Puedes dejar  caer las lágrimas porque las letras no se van a deformar cada vez más hasta hacerse un borrón de tinta negra y el papel no va a quedar arrugado cuando se seque.

  He elegido este libro por el argumento, por el escritor y sin duda porque me da la posibilidad de poder leerlo mientras estoy  apoyada en la barandilla de un barco sintiendo el fresco viento en mi cara. Nunca se me había ocurrido leer en un sitio así pero ya que este libro me da esa oportunidad............ aunque si se me cae no se moja pero ¿cómo lo recupero?. A lo mejor no es tan buena idea esto de los libros acuáticos.


 

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